Innovación corporativa, 10 aprendizajes

Innovación corporativa, 10 aprendizajes
Por: José Manuel Morales

| Abril 2, 2020 - 3 min. de lectura.

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Brinca cumplió 10 años y se ha posicionado como una de las consultoras de innovación líder en Latinoamérica. Ha sido un camino lleno de aprendizajes a nivel personal y profesional. A continuación les comparto 10 aprendizajes para quienes quieran impulsar la innovación corporativa en sus organizaciones.

1. La innovación corporativa es un medio, no un fin.

Muchas empresas se obsesionan con ser innovadoras. Entienden la innovación como una moda o un fin en sí mismo. Es un error. Las empresas con mayores éxitos que utilizan la innovación como medio para resolver problemas. Un método distinto para lograr resultados distintos.

2. La innovación debe estar al servicio de la estrategia.

La innovación tiene mejores resultados cuando se pone al servicio de la estrategia. Esto implica vincular los focos de innovación con los principales objetivos y KPIs de la empresa. Para que esto se cumpla, debe ser el gerente general el principal impulsor de la innovación en la empresa.

3. Lo que no se mide, no se gestiona.

Esta frase se le atribuye a Lord Kelvin y es vital para gestionar la innovación. Sin duda es relevante medir los resultados que generan los nuevos productos, servicios, procesos y negocios. Pero también es relevante medir las capacidades que generan estos resultados: cultura, sistemas de gestión, estrategia. Todo plan de acción debe basarse en la evidencia.

4. Cualquiera puede innovar.

Un error común es pensar que las ideas deben venir de las gerencias de innovación. Esto es fatal. Las soluciones innovadoras pueden venir de cualquier parte de la empresa. Muchas veces proviene de los mismos operadores que ven en el día a día los dolores y oportunidades. Fomentar la participación maximiza las probabilidades de éxito.

5. La diversidad es explosión creativa.

Nada menos disruptivo que un equipo con las mismas personalidades, las mismas profesiones, los mismos estilos de vida. Para el desarrollo de nuevas ideas y proyectos se requiere de fricción entre distintos perfiles. La diversidad es un detonante de creatividad, de generar soluciones integrales que contemplen diseño, negocio y tecnología.

6. El tiempo es el principal cuello de botella de la innovación.

Muchas veces el problema no es la falta de ideas sino la incapacidad para ejecutarlas. Si no existen profesionales dedicados a desarrollar ideas y proyectos, la innovación llega tarde, mal y nunca. Se puede capacitar mucho en design sprints, metodologías ágiles y scrum. ¿Pero qué pasa después de los workshops y talleres? Muchas empresas se quedan en el “tallerismo”. Los capacitados deben tener el tiempo para aplicar estas metodologías. 

7. No hay innovación sin inversión.

Siempre me ha llamado la atención la distancia entre expectativas y realidades. Se le exige mucho a la innovación pero se le cuida poco. Las inversiones son exiguas (¡para qué decir en I+D!). Invertir en innovación es arriesgar inteligentemente. No hay apuestas seguras. Pero grandes resultados requieren inversiones sostenidas en el tiempo. 

8. La innovación es un aliado de la transformación digital.

La incorporación de tecnologías 4.0 es cada vez más intensiva. Los e-commerce, la automatización, el IoT y el big data, entre otros, son cada vez más comunes en las empresas. Pero sin innovación, la transformación digital corre el riesgo de limitarse sólo a la compra de tecnología. Las ventajas competitivas se logran incorporando tecnología de forma innovadora, con foco en las necesidades de los usuarios. 

9. La receta del éxito es combinar velocidad y perseverancia.

La innovación es un deporte exigente que combina los 100 metros planos con los 42 kilómetros de una maratón. Se debe avanzar rápido en la detección de oportunidades, en la iteración de las soluciones, en los go to market. Pero al mismo tiempo requiere la fortaleza mental de un maratonista. Tener paciencia en las iteraciones, aprender avanzar desde el ensayo y el error. La inversión en capacidades se ve en el mediano y largo plazo.

10. Innova o muere.

Nada más claro. En un contexto cada vez más dinámico, quienes no innoven van a desaparecer. Hoy más que nunca las empresas requieren de capacidades humanas y digitales que aceleren el cambio.

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