| Julio 8, 2021 - 8 min. de lectura.
En los últimos años, y acelerado por la pandemia, el concepto de transformación digital ha tomado una gran relevancia en el mundo corporativo. Según datos de researchandmarkets, se espera que la industria de la transformación digital crezca a una tasa compuesta anual (CARG) de un 22,7% desde el 2018 hasta el 2025, alcanzando una valoración de $3,294 billones de dólares.
Directores, Gerentes y CEO’s ven en esto una gran oportunidad para repensar sus modelos de negocios y crear nuevas fuentes de ventajas competitivas que les permitan triunfar en la era digital. Pero, ¿qué se entiende por transformación digital?. Para algunas organizaciones, es ingresar al E-Commerce. Para otros, implica eliminar el papel y aumentar la eficiencia. Algunos adoptan las tecnologías 4.0 para ser más competitivos. Y muchos parecen estar haciendo todo lo anterior y más.
Finalmente, a pesar de las diferentes definiciones que pueden existir, todos estos esfuerzos buscan objetivos parecidos como son la reducción de costos, el aumento de la productividad y un impacto positivo en el EBITDA, solamente que se buscan nuevos métodos para poder llegar a estos resultados.
En Brinca definimos la transformación digital como un proceso continuo de cambio mediante el cual una organización y sus colaboradores aprovechan las oportunidades que entregan las tecnologías emergentes para generar nuevos negocios, mejorar la experiencia de los clientes y hacer más eficientes sus procesos.
Lo digital no solo ha cambiado nuestras vidas personales, sino que también ha transformado por completo el mundo empresarial y todas las industrias están desafiadas. Los datos de Standard & Poor’s 500 muestran que el promedio de vida de una empresa era de 61 años en 1958, de 25 años en 1980 y solo de 18 años en 2011. Al ritmo actual, el 75% de las empresas del S&P 500 del 2018 se habrán ido de la lista para el 2027. Todo de la mano de nuevos negocios digitales (ver figura 2). Es más, de acuerdo al MIT, el 78% de las empresas más relevantes de EEUU creen que de no ser exitosas en su transformación digital desaparecerán en los próximos dos años.
Observemos el mismo efecto pero desde otro ángulo, el de los beneficios. En 2006, la industria del retail estaba en su apogeo. El gigante Sears estaba valorizada en $14.3 billones de dólares, Target $38,2 billones de dólares y Walmart $158 billones de dólares. Mientras tanto, una empresa llamada Amazon se valorizaba en $17,5 billones de dólares. 10 años más tarde, la digitalización cambió por completo esta industria. Sears Holding perdió el 94% de su valor, terminando en $0.9 billones de dólares. Target y Walmart pudieron adaptarse mejor, con $55 y 243.9 billones de dólares respectivamente. ¿Qué pasó con Amazon?, bueno… Finalizó ese año con una valorización de $700 billones de dólares.
Abordar los desafíos de la transformación digital a tiempo no solo disminuye la probabilidad de “desaparecer”. También es una fuente de ventaja competitiva que rinde sus frutos. De acuerdo a MVP, en 2019, las empresas con mayor desarrollo digital tenían un 64% más de probabilidades de haber superado su principal objetivo comercial de 2018.
Comenzar con tu estrategia o roadmap a la digitalización es un gran paso. Aun así, los beneficios no se reportan de forma inmediata. Estos tienen una relación directa con el nivel de Madurez Digital que existe actualmente en la organización. Como muestra la figura 3, aquellas empresas con una mayor madurez digital, es decir, aquellas organizaciones que cuentan con las capacidades técnicas, tecnológicas, culturales y humanas para responder y aprovechar los desarrollos tecnológicos que cambian el funcionamiento del mercado, presentan hasta un 30% más de utilidades y márgenes netos que aquellas con menos madurez digital.
Para comprender este fenómeno, comencemos con una historia: hace mucho tiempo atrás existía un Rey que lamentablemente perdió a su hijo en el campo de batalla. Uno de sus súbditos, Lahur Sessa, al ver tan apenado a su rey, quiso animarlo ofreciéndole una partida de ajedrez. Al Rey le encantó. Es más, le gustó tanto que le ofreció a su súbdito cualquier cosa a cambio de obtener el tablero de ajedrez. Sessa aceptó la oferta. Le propuso al Rey que él solo quería un grano de arroz para el primer cuadro del tablero de ajedrez, dos granos para el segundo cuadro, cuatro granos para el tercero, luego ocho granos y así sucesivamente hasta que se agoten los 64 cuadros.
Sin realizar un cálculo previo, ¿te imaginas cuántos granos de arroz deberían entregar a Sessa?, ¿cuál es tu intuición?, ¿el tamaño de un estadio de fútbol?, ¿Más?
Bueno, si realizamos el cálculo nos daría un total de 18 quintillones de granos de arroz. Algo así como toda la biomasa total de la tierra. Lo que se busca en este ejercicio, es mostrar que probablemente todas las suposiciones, incluidas las del Rey, quedan lejos del valor real. Esto es debido a que tendemos a pensar de una forma lineal y no exponencial.
Al igual que los granos de arroz en el ejemplo anterior, la tecnología también crece exponencialmente. La capacidad de cómputo, almacenamiento y procesamiento se duplican cada año o año y medio, mientras su costo disminuye. Por otro lado, el pensamiento de muchos líderes y ejecutivos sigue permaneciendo lineal al momento de planificar sus estrategias.
Actualmente estamos viviendo en una época donde los diferentes cambios exponenciales, de diferentes industrias, convergen entre sí. No fueron solo los avances en Biotecnología los que han permitido la creación de mejores y más baratos medicamentos, sino que también se sumaron los cambios exponenciales en inteligencia artificial, computación cuántica, Cloud, Big Data, entre otras.
Estas disrupciones son las que finalmente pillan por sorpresa a muchos sectores y empresas líderes que después son desbancadas con gran rapidez, cayendo así, en una especie de vortex digital que cambia todo. En el cual unas industrias están más desafiadas que otras.
Con esto concluimos que las empresas que sobreviven, no son aquellas que tienen un mayor tamaño de mercado, sino las que cuentan con la capacidad de adaptarse a estos cambios exponenciales de forma ágil. Raymond Kurzweil, director de ingeniería en Google y autor de la Ley de rendimientos acelerados, explica que vamos a experimentar veinte mil años de progreso tecnológico en los próximos 100 años. En otras palabras, sería ir desde el nacimiento de la agricultura hasta el internet 2 veces en los próximos 100 años.
La agilidad es y será la ventaja competitiva de muchos y la pérdida para otros.
Bueno… ¡Entonces apliquemos las tecnologías emergentes!. Utilicemos Blockchain, Big data, Analytics, Cloud Computing, IoT, y todos los otros habilitadores de la industria 4.0. Aunque estos son importantes en todo proceso de digitalización, no son el único factor de éxito. ¿Qué hace que unos procesos de transformación digital funcionen y otros no?, ¿Por qué alrededor del 70% de las iniciativas Transformación Digital no cumplen sus objetivos?
Básicamente porque se olvidan de los otros componentes claves en este proceso de transformación que son:
Si los colaboradores no cuentan con el Mindset adecuado para enfrentar el cambio o las prácticas de la organización son anticuadas, la Transformación Digital solo acentuará estas dificultades. Lo mismo sucede si es que este proceso no se toma como prioridad en los niveles más altos o no se definen encargados de llevar este proceso a cabo. Es por esto que antes de comenzar a invertir en modernización, lo primero, sería plantearnos seriamente estas preguntas: ¿Contamos con una estrategia de transformación digital?, ¿Qué entendemos por desafíos digitales?, ¿Cómo pensamos abordarlos?, ¿Contamos con los liderazgos necesarios?, ¿La implementación de nuevas tecnologías lo vemos como una oportunidad o amenaza?, en otras palabras, ¿Nos van a quitar el trabajo o nos van a ayudar a hacerlo mejor?.
Estas y muchas otras preguntas es necesario responder antes de solamente invertir en tecnologías. De acuerdo a Gartner, las empresas avanzan el doble de rápido en la transformación digital cuando existe un entendimiento compartido, entre los líderes senior, los estrategas y la organización en su conjunto, del camino digital que se avecina.
Pero gestionar el cambio no es una tarea sencilla y cada organización tiene sus propias limitantes. Es por esto que contar con una consultora de transformación digital puede ser tu partner ideal para poder responder estas preguntas y conocer la mejor forma de enfrentar los procesos de transformación digital de acuerdo a tus necesidades.
En Brinca, como consultora de transformación digital, adecuamos y diseñamos los procesos de digitalización para cada empresa. Aprovechando sus potencialidades, readecuando sus conocimientos, generando nuevas capacidades y alineando objetivos y liderazgos.
Nuestra consultoría en transformación digital se diferencia por 4 ejes:
Cada empresa enfrenta los desafíos digitales de forma distinta. Es por esto que nos ajustamos a sus necesidades, posibilidades, objetivos y oportunidades.
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