Relacionamiento Comunitario 2.0 para un desarrollo sostenible

El pasado 10 de julio realizamos una nueva edición del Círculo de Sostenibilidad en la ciudad de Antofagasta, una instancia que nació Santiago impulsada por Brinca y la Escuela de Negocios de la Universidad Adolfo Ibáñez, que busca promover conversaciones significativas sobre los desafíos actuales en materia de sostenibilidad empresarial.
En esta ocasión, el encuentro reunió a representantes de diversas organizaciones para reflexionar sobre un tema clave en el contexto regional: el relacionamiento comunitario 2.0. Un concepto que invita a repensar la manera en que las empresas se vinculan con sus comunidades de entorno, poniendo en el centro la colaboración, la innovación social y la generación de valor compartido.
¿Qué entendemos por relacionamiento comunitario 2.0?
Durante la apertura del evento, José Manuel Morales, CEO de Brinca, compartió una reflexión sobre la evolución del trabajo comunitario en el marco de la sostenibilidad. Si bien muchas organizaciones comenzaron abordando estos temas desde un enfoque asistencial o reactivo, hoy el contexto exige avanzar hacia relaciones más transformadoras, basadas en la participación, la innovación y la co-creación de soluciones.
Desde esa mirada, el relacionamiento comunitario 2.0 no busca reemplazar lo ya hecho, sino ampliar el horizonte de lo posible, integrando nuevas metodologías, estándares internacionales (como GRI, SASB o la norma NCh 461/519) y una comprensión más profunda del impacto social.
Para ilustrar esta evolución, compartimos el siguiente cuadro comparativo desarrollado por Brinca:
Como se observa, el paso de un enfoque clásico a uno 2.0 implica transformaciones en los objetivos, los actores involucrados, los métodos, los resultados esperados y las formas de medición. Ya no se trata solo de responder necesidades, sino de desarrollar capacidades, generar redes y medir el impacto de manera estratégica y vinculada al propósito de las organizaciones.
Construir confianza desde la gestión: la experiencia de ATI en sostenibilidad portuaria
El evento contó con la exposición de Hellen Tabilo, subgerenta de Sostenibilidad y Comunicaciones de Antofagasta Terminal Internacional (ATI), quien compartió cómo la empresa ha definido una hoja de ruta basada en innovación, confianza y medición con propósito.
Como destacó durante su intervención:
“Hoy en día la confianza no se declara: se gestiona. Y en nuestra hoja de ruta hemos encontrado maneras de gestionar esa confianza. En solo dos años, aumentamos 29 puntos en percepción pública, según el Barómetro Regional.”
Este avance ha sido posible gracias a un trabajo transversal que involucra a toda la empresa, con iniciativas que combinan inversión social, formación comunitaria, fortalecimiento de liderazgos locales y participación ciudadana.
De la participación al compromiso territorial: el trabajo de Escondida | BHP con la comunidad de Coloso
Por su parte, Claudia Jiménez, Directora de Comunidades de Escondida | BHP, presentó el caso de Coloso, comunidad vecina a sus operaciones mineras, donde recientemente firmaron un acuerdo de cooperación con un horizonte de 10 años. Este acuerdo fue construido en conjunto con stakeholders del territorio, a partir de diagnósticos, mesas de trabajo temáticas y planes de desarrollo definidos desde la propia comunidad.
Entre las principales prácticas destacan:
- Diagnóstico profundo del contexto, a través de líneas de base actualizadas periódicamente, análisis de impacto social con enfoque en derechos humanos, encuestas de percepción y revisión de instrumentos de planificación territorial pública.
- Trabajo territorial cotidiano, basado en el diálogo constante con vecinos y dirigentes, lo que permite mantener una “sintonía fina” con las dinámicas locales y ajustar las estrategias a partir de información y relaciones de confianza.
Estos elementos han sido fundamentales para co-diseñar planes de desarrollo pertinentes y sostenibles, reforzando una visión de largo plazo en el relacionamiento con las comunidades.
Medición con sentido y articulación de actores
Ambas relatoras subrayaron también la importancia de la medición de impacto, no solo desde una perspectiva cuantitativa, sino como una herramienta que permite aprender, corregir y orientar mejor las iniciativas. Ya no se trata únicamente de contar actividades realizadas, sino de evaluar el efecto concreto de estas en la calidad de vida de las personas.
Por otro lado, el enfoque de innovación social se posicionó como una oportunidad para fortalecer el trabajo conjunto entre empresas, comunidades, Estado, academia y organizaciones sociales. Este enfoque, muchas veces conocido como “cuádruple hélice”, permite abordar desafíos complejos con una mirada sistémica y colaborativa.
Un espacio para compartir aprendizajes y construir comunidad
El Círculo de Sostenibilidad en Antofagasta fue también una instancia de conversación honesta, donde se abordaron desafíos como la gestión de expectativas, la articulación entre actores, la necesidad de planes claros y sostenibles, y la importancia de trabajar con base en evidencia.
Tal como señaló José Manuel, “la sostenibilidad no puede ser solo una función más del negocio: debe ser parte del negocio mismo. Y para ello, es fundamental abrir espacios de encuentro, construir confianza y compartir buenas prácticas entre quienes estamos impulsando estos cambios”.
Agradecemos a todas las personas y organizaciones que participaron, y reafirmamos nuestro compromiso por seguir promoviendo instancias que fortalezcan la sostenibilidad con impacto, diálogo y visión de futuro.
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